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jueves, 12 de julio de 2012
La necesidad de llorar en un momento donde todos los sentimientos recogidos durante un largo tiempo afloran se muestra de forma indescriptible. Las sensaciones disponen cada gramo del ser a su antojo. Las lágrimas caen una a una por el rostro. Recogen momentos de satisfacción, de tristeza, de gloria, de resignación, de rabia... Dejar a un lado todo lo que el alma ha vivido y olvidar, olvidar los males y las alegrías, los errores y los logros no es tan fácil de llevar a cabo. Los sentimientos llegan más allá, te atrapan, te arrastran y te llevan con ellos.
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