Quiere ser libre. Vuela como los pájaros, tan alto, tan alto que ya no ve nada. Ya no piensa. Ya no sufre. Solo asciende y siente el aire sobre el rostro. Las terminaciones nerviosas de su cuerpo cobran vida y aspiran profundamente la libertad que produce ser feliz.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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